año v, nº 37 2/ iv - v/ 2021 s e l o t s ó p a s o l e d a r o ñ e s a r t s e u n a i u q o r r a p i a u q o r r a p a l e d s o c e “vayan a galilea y allí le verán ” d. josé manuel lozano. párroco de nuestra señora de los apóstoles a nosotros a sobrepasar las barreras, a superar los prejuicios, a acercarnos a quienes están junto a nosotros cada día, para redescubrir la gracia de la cotidianidad… sí, hermanos, qué importante es descubrir la gracia de la cotidianidad donde cristo nos es- pera a cada uno en las situaciones más ordinarias del día a día: en los gestos de cariño, de escucha atenta y de amor a los más cercanos, a los familiares, a los vecinos, a las perso- nas con las que nos cruzamos en nuestro barrio o con las que compar- timos un mismo trabajo… esta es nuestra galilea, en la que jesús nos espera para seguir compartiendo con nosotros su pan, su alimento, su vi- da, su salvación, y para que también seamos portadores que muestren la antorcha de la luz de cristo vivo en medio de nuestros hermanos. dejémonos, pues, sorprender y asombrar por la novedad y el amor infinito de aquél que “hace nuevas todas las cosas”, de aquél que traza nuevos senderos dentro de los cami- nos de nuestras derrotas, de aquél que dirige los hilos de la historia con sabiduría y amor, de jesucristo vivo y resucitado. vayan a galilea signi- fica, así, que cristo nos precede y nos acompaña en el camino. por muy duras que sean las circunstan- cias de nuestra vida, él jamás nos deja solos, nunca nos abandona. por su espíritu, va dotando a todas las acciones de nuestra vida de un senti- do de eternidad. sepamos acoger también nosotros esta invitación en nuestras vidas. queridos hermanos, con estas pa- labras del ángel del señor a las mu- jeres que encontraron la tumba va- cía, en esa mañana del domingo de resurrección, comenzaba la pascua para los cristianos. “id a galilea”, como nos decía el papa francisco en su homilía de la gran noche de pascua, significa “volver a empezar de nuevo”, volver a echar las redes, aún en medio de nuestros fracasos y de nuestras rui- nas. con cristo a nuestro lado, el corazón del hombre siempre es invi- tado a renovar la esperanza en una vida nueva, en un mundo y en una historia nuevos. son palabras de esperanza que nos ayudan a mitigar el dolor y los estra- gos causados por la enfermedad del covid en tantas familias de nuestro entorno. en estos meses oscuros de pandemia, oímos al señor resucitado que nos invita a empezar de nuevo, a no perder nunca la esperanza… las mujeres buscaban a jesús en la tum- ba, es decir, iban a hacer memoria de lo que habían vivido con él y que ahora habían perdido para siempre. van a refugiarse en su tristeza. es la imagen de una fe que se ha converti- do en conmemoración de un hecho hermoso pero terminado, sólo para recordar. pero la fe, nos dice el papa francis- co, “no es un repertorio del pasado”, “jesús no es un personaje obsoleto”. no vivamos sólo de recuerdos pasa- dos. él está vivo, aquí y ahora. ca- mina contigo cada día, en la situa- ción que te toca vivir, en la prueba que estás atravesando, en los sueños que llevas dentro. abre nuevos ca- minos donde sientes que no los hay, te impulsa a ir contracorriente con respecto al remordimiento y a lo ya visto. aunque todo te parezca perdi- do, él nos abre a nuevos horizontes de esperanza… jesús, el resucitado, nos ama sin límites y visita todas las situaciones de nuestra vida. él ha establecido su presencia en el cora- zón del mundo y nos invita también